Sunday, September 23, 2007

En la oquedad mórbida de mi noche
la pregunta va y viene en un péndulo infinito,
como un océano que erosiona inexorable.
Blande su espada de ida y vuelta,
mutila los axones,
revive al error de la luna
(que vuelve locos a los hombres),
detona la arritmia,
pasma las pupilas henchidas de luz
e inyecta adrenalina en las arterias.
Esta es la pregunta
que como un péndulo va y viene,
incendia a la ataraxia y condena
cada minuto de mi noche al ostracismo.
Como golpe que da una guillotina,
la margarita se consume
y el binario proceso pare una respuesta
degollando inclemente a la pregunta.
El alba asoma.

3 comments:

Anonymous said...

La luna. Excelente influencia

Anonymous said...

Lo que disfruto de tu poema es que entre más lo leo, más me gusta.

Anonymous said...

Acabando de leer la "pequeña historia de amor imposible" escribí un pequeño poema, que curiosamente también parte de una pregunta, como este poema que ahora nos regalas, y que por cierto está muy chingón:

Aquí va el poemita que escribí.

Cuando veo tus ojos
los míos van deshojando
los pétalos del par de flores
que tienes por mirada

Con la paciencia de los niños
también dejo mi suerte al azar
¿Me quiere? ... ¿No me quiere?
¿Me quiere? ... ¿No me quiere?
...

La respuesta no me mata
porque desde mi calma
formulo otra pregunta
que me embarga

Blanca rosa azul naranja
turquesa negra morada

¿De qué color será hoy tu mirada?